
Era un caluroso día de agosto –19 de agosto de 1985– cuando Arturo Licenziati, un joven emprendedor romano, cruzó las puertas de IBSA, una pequeña y tambaleante compañía farmacéutica fundada en el Tesino en 1945: pocos empleados, recursos mínimos y un futuro incierto. Pero donde muchos veían una empresa destinada a desaparecer, él vio una oportunidad.
Hoy, 19 de agosto de 2025, celebramos 40 años desde aquel momento decisivo. Un aniversario que cuenta la historia de un largo camino de transformación, coraje y visión. Es la historia de una empresa que, partiendo de una realidad local, ha construido poco a poco una presencia internacional, siempre guiada por el mismo principio: innovar para mejorar de manera concreta la calidad de vida de las personas.